Cuando uno llega a Buenos Aires siempre jura no hacer lo que hacen todos los turistas:
Eva Perón, tango y fútbol. Sin embargo, muy pocos lo logran, puesto que todo el mundo se siente atraído por estos tres elementos. Al mismo tiempo, Buenos Aires está plagado de museos y magníficas mansiones y edificios.
Aunque al principio puede resultar un poco lioso, el plano de la ciudad se basa en un sistema
cuadriculado muy fácil de comprender. El punto
de orientación principal es la Avenida 9 de Julio, la avenida más ancha del mundo, que va desde la Plaza Constitución hasta la Avenida del Libertador. La mayoría de los sitios de interés se encuentran en los cinco barrios principales del
microcentro, por lo tanto se puede ir caminando de uno a otro. Y si estás perezoso, puedes utilizar el metro, que es el primero que se construyó en
Sudamérica.
La plaza principal, Plaza de Mayo, se encuentra en la zona sureste de la ciudad. Allí acuden miles de turistas, así como al Cementerio de la Recoleta, donde yacen los restos mortales de Evita. En el centro también se encuentran La
City, el distrito financiero, Calle Florida y
Lavalle, dos zonas comerciales peatonales.
Al sur de la zona central están las partes más antigüas de Buenos Aires, San Telmo y La Boca, mientras que en el norte están los barrios más ricos: Retiro, Recoleta, Palermo y Belgrano.
Hay una visita obligada a la calle del "
Caminito". Es uno de los principales reclamos turísticos de Buenos Aires. Se trata de una calle situada en el tradicional barrio de La Boca, muy próxima por ello al estadio de La Bombonera de Boca Juniors. Un concurrido paseo turístico repleto de casas pintadas de diversos y llamativos colores, conservando así el aspecto primigenio dibujado a principios del siglo XIX por los emigrantes italianos que habitaron este barrio hoy día repleto de restaurantes, tiendas de souvenirs, artesanía, pintura, parejas de tango bailando…
El Obelisco (67 metros de altura) junto con la avenida de múltiples carriles desde donde emerge, se han convertido en símbolos de la ciudad. Cuenta la leyenda que en la punta del Obelisco está guardado un cofre con una carta escrita por uno de sus constructores destinada a quien algún día pretendiera demoler el emblemático símbolo de la ciudad. Además, en el cofre habría una foto del constructor y su familia.
Cambiá de aires
boludo,
venite a Buenos Aires.