domingo, 3 de abril de 2011

Aquí no hay siesta: Munich

Alemanes seres fríos, sosos, serios y trabajadores. La fama de esta población ha servido de referencia al mundo, sus trabajadores  exigen la máxima precisión, puntualidad  y calidad de los trabajos nada que ver con sus homólogos españoles amantes de las paraditas para comer o para echar la siesta o la popular relajación en las fechas de entrega.
Los resultados de llevar una vida tan seria y una conducta tan sacrificada se pueden ver en construcciones tan maravillosas como la del Allianz Arena


"Dime algo bonito pero no me lo digas en alemán"

¿Por qué? Porque la sobriedad de la cultura alemana se aprecia incluso en el idioma, que a oídos extraños resulta una serenata de berridos y ladridos. Seguramente la única lengua en la que las palabras mas bonitas pueden sonar como la bronca de un padre a su hijo por dejar embarazada a su novia de 16 años.

Pero tanta concentración y presión laboral tiene que salir por algún sitio y en concreto la excusa creada ha sido la famosa fiesta de la cerveza , donde los estresados teutones aprovechan la ocasión para ponerse ciegos a jarras y las famosas salchichas en un espectáculo de lo mas pintoresco.



Espectáculos en los  que se ven obligados a vestir ridículos trajes populares través de los cuales los hombres representan una versión gay de Robin Hood  y las mujeres quedan retratadas como las versiones eróticas de la protagonista del cuento de la lechera.

Y para llegar a estos lugares disponen de maquinas automovilisticas que son la envidia  de toda Europa, ya que conducen sus espectaculares wolkswagen por grandes carreteras con muchos carriles donde el trafico no reprensenta un signo identificativo de la ciudad como ocurre en otras  como Madrid.



Lo que se espera es que para volver a casa después de tanta fiesta utilizen el tranvía.

1 comentario:

  1. Dime algo bonito pero no me lo digas en alemán, me quedo con eso jajaja

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