Marrakech no es una ciudad que impacte por sus monumentos, ni que tenga sorprendentes museos que ver, es más bien un viaje a un mundo distinto a muy poca distancia. Es una ciudad que se vive con los cinco sentidos. Olores desconocidos, sabores nuevos, músicas árabes, preciosas postales y texturas inigualables.
La Plaza de Jmaa el Fna, es el lugar más importante de la ciudad. En ella, se desarrolla toda la vida pública de Marrakech. Rodeada de zocos, bares, restaurantes, tiendas ambulantes, es el mejor lugar para sumergirse en la esencia de la ciudad encantada. Lo más curioso de esta plaza, es la transformación que sufre a lo largo del día:
Por la mañana, se pueden encontrar desde domadores de monos que se te subirán encima hasta encantadores de serpientes, pasando por dentistas exponiendo sus últimas piezas extraídas. Además de los extraños personajes, en Jamaa el Fna también encontraréis multitud de puestos de zumo de naranja, especias, menta y caracoles. Al caer la noche, se encienden las luces y desaparecen los tenderetes de la mañana y se llena de puestos de comida donde poder cenar, músicos improvisados y espectáculos de diferente índole.
El zoco de Marrakech es el más importante de todo Marruecos. En él los marroquíes hacen sus compras, y los tenderos intentan hacer negocio atrayendo a los turistas a grito de "Amigo, amigo, aquí barato". Es un laberinto de estrechas callejuelas, repleto de gente y, a veces, un poco agobiante, repleto de tiendas donde comprar todo tipo de ropa, especias, comida, artesanía y productos típicos. Además de tintoreros, cesteros y ferreteros son algunos de los oficios que se dan cita en el zoco de Marrakech.
Y, si compras algo, no olvides regatear. El arte del regateo para ellos es una tradición y si no lo haces se lo pueden tomar incluso como algo ofensivo. La clave es, dicen, no pagar más de un tercio de lo que pidan inicialmente.
La mezquita Koutoubiala es la más importante de Marrakech y fue una de las mayores del mundo islámico cuando finalizó su construcción en 1158. Con un minarete que recuerda a la Giralda, tiene una altura de 69 metros. Sin embargo hay que conformarse con verla desde fuera, ya que como en todas las mezquitas, no pueden entrar los no musulmanes.
Los Jardines Majorelle, creados por el pintor francés y que le sirvieron como fuente de inspiración, y más tarde adquiridos por Yves Saint Laurent, son unos jardines preciosos con gran multitud de plantas. Lo mejor es el frescor que se respira gracias a la abundante vegetación, y que será de agradecer en los días calurosos. También, los Jardines de Menara, en los que se puede ver un gran estanque presidido por un edificio muy llamativo y miles de olivos que se riegan gracias a él. El edificio central que preside el lago fue encargado por el sultán Sidi Mohammed y se dice que antiguamente fue el lugar de los encuentros amorosos de los sultanes de la ciudad.
El Palacio de Bahía es una de las obras arquitectónicas más importantes de Marrakech. Fue construido a finales del siglo XIX con el objetivo de ser el palacio más impresionante de todos los tiempos. La construcción del palacio llevó más de una década y enn las 8 hectáreas de extensión que tiene el palacio, se ubican 150 habitaciones que dan a diversos patios y jardines. La parte más interesante del Palacio Bahía es el harén de las 4 esposas y las 24 concubinas de Abu Bou Ahmed.
¡Ve a sentir Marrakech!
Buena entrada, si señora
ResponderEliminar