HISTORIA

En la Baja Edad Media comienzan a llegar a las costas canarias exploradores, navegantes y conquistadores europeos, iniciándose así un proceso histórico que culminará con la integración del archipiélago en el reino de castilla a finales del siglo XV. En el siglo I el historiador romano Plinio describe las islas de canarias a través de una expedición enviada por el rey de Mauritania Juba.

Desde la segunda mitad del siglo XIII se produjeron desembarcos de europeos (genoveses, portugueses, castellanos) que roban ganado, aprisionaban a algún pastor solitario, para venderlo como esclavo en la lejana Europa, en 1335 llega a Lisboa un barco con guanches prisioneros como esclavos, después en 1341 una flota de 2 naves fleteadas por el rey de Portugal y con tripulación florentina, genovesa y española llegan a Canarias y regresan a Lisboa 5 meses después cargados de cosas interesantes entre ellas guanches como esclavos, en los años que siguieron las Canarias fueron el lugar predilecto donde los navegantes de las distintas naciones fueron a cazar esclavos.

A principios del siglo XV comienza la conquista de las Canarias por parte del Reino de Castilla, en 1402 se inicia la empresa de colonización de las islas acometida por los franceses Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle, en la tripulación venían los clérigos franceses Pedro Bontier y Jean Le Verrier que escribieron la primera crónica sobre la conquista de las canarias titulada Le Canarien.

CLIMA

Las Islas Canarias goza de la reconocida fama, que responde a la realidad de poseer uno de los climas más suaves del mundo. Los antiguos, sin posibilidades científicas a su alcance, utilizando casi exclusivamente el poder de la intuición, colocaron en el archipiélago canario los Campos Elíseos. Siendo, por consiguiente, Las Islas Canarias, una zona de clima templado, de temperaturas agradables, nunca elevadas, casi siempre constantes. Veamos cuales son los factores que determinan este hecho climatológico innegable.

Los dos elementos que tienen mayor influencia en el clima de estas islas son los vientos alisios del Norte-Este de la corriente fría de Canarias, continuación o ramalazo de la corriente del golfo de Méjico. El alisio, en su continuo deslizamiento por el mar, trae consigo una capa de aire húmedo, dando lugar a una situación idónea para el crecimiento y desarrollo de la flora intertropical.

Por otro lado, la corriente del Océano, trae de lejos una temperatura que actua como un refrigerador constante sobre las costas del archipiélago. Pese a lo expuesto, aun dentro de cada isla hay variaciones importantes, que configuran los ya apuntados Norte y Sur como constantes en la geografía. Así, el clima de las costas, orientadas a barlovento es, en líneas generales, de características templado y húmedas; por el contrario, el de las que se hallan dirigidas hacia sotavento puede tipificarse de templado y seco

Breve Historia de Gran

Canaria

Existen muchos mitos y leyendas sobre la historia antigua de las Islas Canarias, entre ellos las que sostienen que sus primeros habitantes provenían del continente perdido de la Atlántida o los que consideran que las islas eran un lugar mágico, las míticas Islas Afortunadas, el paraíso de las mitologías celta y griega.

Tras la caída del Imperio Romano, Europa se olvidó de las Islas Canarias durante casi 1000 años. Hasta que unos marinos mediterráneos las redescubrieron a principios del siglo XIV, los aproximadamente 30.000 aborígenes de Gran Canaria habían vivido una vida relativamente pacífica. Fue entonces cuando cambió drásticamente, ya que italianos, portugueses y catalanes enviaban sus naves a las islas para retornar con esclavos y pieles. A comienzos del siglo XV, empezó el incesante proceso de conquista.

En Gran Canaria, los nativos resistieron con fiereza a la invasión castellana, aunque en 1483 Pedro de Vera, comandante de los ejércitos, había completado la conquista comenzada por Juan Rejón cinco años antes. Muchos guanches murieron o se suicidaron antes de caer en manos castellanas. Los que sobrevivieron fueron forzados a la esclavitud y a convertirse al cristianismo y pronto comenzaron a extinguirse.

Los contactos con el Nuevo Mundo (gracias a la gran emigración hacia Latinoamérica a causa del colapso de las industrias locales) y sobre todo tras la independencia de Cuba en 1898, hicieron nacer los aires independentistas canarios. La mayoría solamente quería la división del archipiélago en dos provincias separadas (Las Palmas y Tenerife), algo que finalmente se consiguió en 1927.
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